jueves, 23 de junio de 2011

SIEMPRE TÚ



Amor mío, sumérgeme en aguas cristaslinas.
Déjame ver tus ojos de esencias otoñales
para que se consuele de sus crónicos males
mi viejo corazón. Ni siquiera imaginas

el sendero de amor que frente a mí iluminas,
guiándome hasta las puertas de mundos celestiales.
En el alba temprana y en los negros umbrales
de la noche quisiera penetrar por las finas

ventanas de tus ojos, en tus miles de estrellas,
que para mí serán del orbe las más bellas.
Y cuando me rodee la muerte con su brazo,

el angustioso estigma del final traspaso,
quiero que a mis oídos sólo llegue una voz
brindándome en susurros para siempre tu adiós.

A. Macías Luna
Lautaro (Chile),  3 agosto 2003

(Derechos de autor)

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