CEREBRO PEREGRINO

Me arrebata los cabellos el viento,
los amarro con dedos en peineta.
Me hace llorar la nariz,
le invento un estornudo.
A poco arrasa mi calzado
maleza a punto de quebrarse.

Ambulo con cerebro peregrino,
con las manos forradas por bolsillos,
obviando sacramentos
benditos en aceras;
respetando la hierba maltratada.

Dibujo así caminos de palabras
en el trigal de mi cerebro.
¡Cómo germinan tantas letras juntas!
Cómo crecen figuras que, solitas,
no son más que indefensas filigranas.

© Antonio Macías Luna
V. Alemana (Chile), 16 de enero de 2016