miércoles, 30 de enero de 2013

MANCHAS EN LA PARED




Bajo su alféizar gime una ventana.
Pistas de ramificadas trayectorias
en la pared desprenden como arroyos
los cuerpos de unas sílfides borrosas.

Un frontal de muro desdibuja
el incoherente paso de unas huellas,
que la lluvia dejó al azar pendidas
como serpientes vacilantes, quietas.

Regueros de arabescos y humedad
tejen una tupida red de rostros.
Sus ojos de fantasmas imprecisos
se rasgan en veriles temblorosos.

Se dejan caer con alargados trazos
lágrimas turbias, jugo del pañuelo
del aire; quejas dulces que brotaron
para poner a prueba el fin del tiempo.

Su destino final lo marca el zócalo,
sepulcro penumbroso de lineal
estatismo, una margen en el suelo,
bandera arriada en símbolo de paz.

De tierra ocre, teñidas de muerte,
se vislumbran deformes calaveras,
unas manchas diluidas sin pincel
en actitud burlona y pendenciera.

Con dibujos de trazos imprecisos
le llega el llanto sin remedio, la hora,
a la cal de sumirse en agonía.
Las calladas paredes también lloran.

                      

 Antonio Macías Luna
 Villa Alemana, 1 de marzo de 2007
(Derechos de autor) 

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