jueves, 26 de enero de 2012

REENCUENTRO

Entre los altibajos del destino,
adrede te escondí, errado, un día
como una luz que sale de la Vía  
Láctea y al cielo abre otro camino.

Grande el peso que encima se me vino 
a mí, un sirviente tuyo, Poesía,
por montes de nublada hipocresía
con las cumbres flotando en blanco lino.

Solo, sin el joyel de tu esplendor
fui rincón que destierra sol y rosa.
Mientras cobraba sombras por mi error,

tú a las nieves cubrías de color
y otra vez regresaste, dadivosa.
Gracias por no mirarme con rencor.

 Antonio Macías Luna                                                                                                                                        (Publicado en Poetas Andaluces)
(Derechos de autor)

1 comentario:

  1. precioso soneto, dedicado a nuestra musa la poesía, esa que a veces abandonamos y que siempre está ahí para reconfortarnos, y nos acoge aún si cabe con más fuerza.

    ResponderEliminar