domingo, 24 de julio de 2011

ÁGATA

   Ágata, veamos si esta vez acierto
a borrar las estelas de rumores
y abandono el caudal de sinsabores
que me causó el vinagre de tu entuerto.
   Es mi vida a tu lado un libro abierto.
Siendo tu nombre piedra de colores,
fuiste alma cegada por amores.
Con Justiniano, Carlos o Roberto
   usaste el palo de tu devaneo
para plantarlo duro en mi cabeza.
Has de reconocer que, aunque te pesa,
   es el mío el más lindo camafeo.
Soy, de quienes con aire de tibieza
pasaron por tu cama, el menos feo.

A. Macías Luna
(Derechos de autor)

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