RECITADO POR EL AUTOR
Tranquila, mi niña.
Duérmete.
Las paredes tiemblan tiritando desde fuera,
reacias a hostigamientos;
constantes golpeteos se apoderan del aire.
Seguro es el viento, con sus manos invisibles
en delirium tremens, en ebria rapidez.
¿Vendrá el desatinado a llevarte con él?
No temas, está tu padre.
Dedos con abrigos ya golpean la ventana;
siento cómo cede el vidrio.
Quizá me desafíen con su guante en el rostro;
quizá se enreden en tu palacio de cuna.
¿Y si te raptaran para encender las estrellas?
Si es así, me voy contigo.
Descansa, mi niña.
Sueña.
(A. Macías)
(Derechos de autor)
viernes, 31 de diciembre de 2010
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