El sol de una farola se aletarga
en el cubil nocturno que me arredra;
una vacía cueva sin ladrones
en la que me consumo con tu espera.
Viene un perro ladrando
por el extremo en que la calle mengua.
Mi vista se dispara rebuscándote
como un balín, en dirección opuesta.
Junto al ruidoso can y yo, perdido
ser que rezuma en niebla,
el hinco frío de metal actúa
de inmóvil centinela
apuntando a mi rostro
el cañón circular de una linterna.
No oigo el repicar de tus tacones,
ni el sordo aviso de sus castañuelas.
No percibo el perfume de tu pelo,
ni la dama de noche que lo envuelva.
Con semblante frustrado,
la ira me obliga a dar la media vuelta.
Y al mirar el reloj,
de mí se burlan sus enclenques lenguas
cuando una mojadura repentina
se hace fuerte en mi pierna.
A. Macías
(Derechos de autor)
sábado, 23 de enero de 2010
JUNTO A UNA FAROLA
Etiquetas:
humor,
nostalgia,
silva romance
Publicado por
Antonio Macías Luna
a las
20:13
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Qué gran poeta eres, Antonio
ResponderEliminar¡Felicitaciones por estos versos!
Antonio, me ancantaron los haikus que aparecen a la derecha, algunos son francamente hermosos.
ResponderEliminarUn abrazo desde España.
Yose