Cañaverales que oléis
a perfumes de la tarde,
de un sol que apenas arde
os resguardáis y escondéis.
Lanzas clavadas entre hoja
trémula y verde demarcan
arroyos muertos que abarcan
la llanura seca y roja.
Picas delgadas de caña
con alas de hojas picudas,
filos de astillas agudas
que la luz con sombras baña.
Carrizos de polvo gris,
oíd las voces de mi alma;
llevadme al remanso en calma,
donde vosotros morís.
A. Macías,
Castilblanco (España), 1999
(Derechos de autor)
sábado, 9 de enero de 2010
CAÑAVERALES
Etiquetas:
Andalucía,
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redondillas
Publicado por
Antonio Macías Luna
a las
23:04
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