El tictac del reloj
son voces que hablan solas, por sí mismas.
Latidos de badajos
que anuncian el silencio de la pieza,
la pena de los muros,
el tembleque flamígero del fuego,
la sobriedad invicta de los muebles.
Sordina de la atmósfera, desgarro del espíritu.
Linde entre los sentidos y la muerte.
Tierra de nadie que con nadie quiere.
Idioma de sepulcro
que produce sudores en las sienes.
Clama la habitación.
Sollozan las paredes.
Va a revivir el fuego.
Reaparecen los muebles como espectros.
Se va la calma en la molécula etérea;
algo se va de nuestra vida oculta.
Los segundos, a gritos,
crean su propio lenguaje,
arcano, soterrado,
inequívoco, activo.
Yo, sin querer, lo entiendo.
Y tú, ¿lo oyes al menos?
A. Macías
(Derechos de autor)
domingo, 8 de noviembre de 2009
VOCES DE SILENCIO
Etiquetas:
intimismo,
reflexión,
verso libre
Publicado por
Antonio Macías Luna
a las
23:26
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El lenguaje del silencio, es un idioma a veces críptico, otras difuminado, pero siempre nos trae oscuros y dejos claros.
ResponderEliminarSaludos para ti, bello poema.