A veces te siento venir
por la vereda de mi calle.
Provocas que en el aire estalle
mi corazón en un sentir
en cuyo prohibido elixir,
perdiéndome en oscuro valle
en busca de tu hermoso talle,
el amor me hizo sumergir.
Interminable es el camino,
el largo túnel que se me abre.
No me impide ir tras lo genuino
de tu cuerpo, un rastro divino,
antes de que el día lo labre
con el arado del destino.
A. Macías
(Derechos de autor)
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