domingo, 12 de octubre de 2008

A UNA DESCONOCIDA

En la playa eres quieta caracola.
No te asusta, cercana, la marea
que sube. Mi mirar te saborea
la piel salobre, sueño de la ola.

El cielo azul violeta se arrebola.
Muere encima de ti una enorme tea,
Dios vivo duda, relampaguea;
despacio baja su sagrada bola

de fuego, que deforma el horizonte.
Junto a dunas rojizas hay un monte
de curvas que me invita a contemplar

viendo un refugio de calor y mimo.
Sigues dormida, te amenaza el mar,
mientras con la mirada a ti me arrimo.

A. Macías (de "CELAJE DE ESPEJISMOS")
(Derechos de autor)

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