Con tesón que jamás de ti se aparta
me ofreciste los dados y ruleta
de tu amor, juego con dudosa meta.
Recelé siempre de la enorme sarta
de mezquindad que con fullera carta
me tendías. Con réproba saeta
abriste en mi interior sangrante veta:
un pedernal que todo anhelo coarta.
Víctima de la cruel fatalidad,
me entregué a tus argucias, perdedor;
no obstante, me curtí de habilidad
para saciar el hambre de mi amor.
No rías, me rendiste un gran favor;
tu hosco juego me dio la libertad.
A. Macías
(Derechos de autor)
sábado, 4 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario